Tuesday, June 24, 2014

Los cambios y la pérdida de valores


Por: Tanya Basilio Vizcaíno.

Estar de acuerdo con los “grandes cambios” que han sucedido en el mundo y  de  los beneficios que nos ofrecen; reconocer que los seres humanos debemos abrirnos a nuevas experiencias e inyectar dinamismo a nuestras vidas, incluso, respaldar aquellas cosas que resultan motivadoras y atractivas, es algo  que comparto.

Sin embargo, a pesar de que dichos cambios no dejan de ser importantes para el desarrollo de la sociedad  y de los individuos,  en mi opinión, queda en nuestras manos determinar el impacto que éstos  causarán en nosotros, en el ámbito profesional y en el personal. Con esto, externo mi preocupación y sin duda la de muchos, en relación a la pérdida de valores que se está suscitando en  gran parte de la población, debido a la velocidad en la que ocurren estas transformaciones.

De manera inequívoca lo que provocamos, cuando no actuamos sabia y objetivamente ante los cambios, es perder nuestra esencia como seres humanos, y dar valor en una medida desproporcionada a temas como: la búsqueda constante del progreso material (ambición), el poder, y por último, pero no menos importante al estatus. Entiendo que éstos son simplemente medios que sirven de trampolín para lograr lo que nos proponemos.

Cuando somos capaces de dejar a un lado valores auténticos como el amor, la verdad, el respeto, la moral y la integridad, para dar paso a otros que algunos autores denominan “Falsos”, no estamos actuando inteligentemente. Analizo lo siguiente: ¡qué bonito sería si a además de ser profesional, tener fama, éxito y recursos para satisfacer nuestras necesidades, también lográramos conservar esos valores que Dios nos ha dado!. Entonces me pregunto ¿Qué tan difícil sería conseguirlo?, está en cada uno de nosotros lo que queremos ser.

Puedo asegurar que sentirnos plenos, en paz con nosotros mismos y por ende con los demás, lo logramos cuando conservamos esos grandes valores que nos dan la verdadera felicidad, nos  dignifican y nos permiten ser mejores cada día.

Ser auténticos o genuinos es compararnos con el oro y la plata, y alejarnos incansablemente de la sugerente fantasía; es ser tú a pesar de que el sistema actual te diga lo contrario.
Según lo expuesto, les invito a reflexionar la siguiente frase:   

“Si no usas la sabiduría para crear cambios positivos, seguirás  siendo parte del problema y no de la solución”.


Hasta una próxima






Por Tanya Basilio Vizcaínoarticulista del CPDL. Licda. En Diseño de Interiores. Estudios en Arquitectura. Estudiante de término de la carrera de Derecho. Servidora Pública del Ministerio de Administración Pública (MAP).

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